Myanmar es un país fascinante, su diversidad étnica y cultural es imponente. Más de cien etnias conviven entre miles de Budas, monasterios y estupas doradas. La vida tradicional y la generosidad y hospitalidad de sus gentes te embriaga. A pesar de que es un país cada vez más avanzado no ha perdido su esencia, esa que se te queda clavada en la memoria.
Estamos en el Aeropuerto de Hong Kong, nuestro vuelo se retrasa. Debería salir a las 00.05 horas pero son las 3 de la mañan cuando nos montamos en el avión.
El vuelo hasta Madrid sin complicaciones. Tomamos un café en el aeropuerto. Recogemos el coche en el parking y volvemos a casa.
Desayunamos en el hostel escuchando los cantos de los niños en el colegio, es una marcha militar según nos dice la dueña.
Cogemos un taxi y nos vamos a Ngahtatgyi Paya, gratuíto. Un Buda enorme nos recibe, sentado, enmarcado en madera tallada. Impresionante.
Desayunamos en hotel Popular, todo riquísimo, como nos cuidan.
Nos recoge un camioncillo hasta llevarnos a la parada del autobús que también corre a cargo del hotel, la verdad que están en todo.
Ayer conocimos a una chica española que está viviendo en Australia y estará un mes en Myanmar, coincidimos con ella de nuevo haciendo el check out. Coincide con nosotros en que en el hotel no son tan amables como en otras zonas.
Desayunamos en el hostel, es buffet pero no nos gusta mucho. Hoy cambiamos de habitación a una triple, está mucho más limpia y es muy espaciosa.
Después de desayunar en el hostel, alquilamos unas motos, queremos subir el monte Zwegabin.
Es la montaña caliza más alta de la zona, está a unos once kilómetros de Hpa An. Es fácil llegar hasta allí, sólo hay que coger la carretera que está al lado del río unos diez kilómetros hasta coger el desvío, destaca entre la campiña.
Llegamos a Hpa An a las 6 de la mañana. El trayecto ha durado unas 8 horas, nos para en la puerta del hostel Little Hpa An Boutique. No podemos entrar en la habitación porque está ocupada y nos permiten descansar en la sala de desayunos, maldormimos hasta las ocho que llega la gente a desayunar. El hostel es bonito, nuestro baño se encharca bastante. El desayuno es buffet.
Nos levantamos sin prisa, buscamos un sitio para desayunar pero no hay muchas opciones, finalmente paramos en una casa de té, el sitio muy interesante, el te con demasiada leche.
